Vive tus días buenos, vive tus días malos, vive intensamente que nada es para siempre.
Con los años he aprendido que nada es para siempre, que el tiempo no se detiene, que pase lo que pase la vida sigue y sigue.
A veces hay momentos de nostalgia, pero incluso cuando se pierde también se gana. Vivimos en una sociedad que impone reglas y prejuicios pero depende de nosotros estar atados a ellos.
Escuchemos consejos pero que nunca se nos olvide escuchar nuestra propia voz.
El dinero resuelve cosas, pero no es prioridad, prioridad es todo aquello que el dinero no puede comprar. Me doy cuenta que la gente que hace menos a otros, es la gente más vacía, nadie es más, nadie es menos, todos somos diferentes. Las diferencias tarde o temprano te hacen confrontarte, pero... ¿Qué sería de este mundo sin los problemas? Tal vez todo sería más fácil, pero estoy segura que nada sería interesante, mucho menos divertido.
Vive tus días buenos, vive tus días malos, vive intensamente que nada es para siempre.
